• Biografía
    • Noticias
    • Festejos
    • Agenda
    • Mi toreo
    • Galería
    • Vídeos
    • Cuadrilla
    • Contacto

    develop-10-code Developed by 10Code

    • Biografía
    • Noticias
    • Festejos
    • Agenda
    • Mi toreo
    • Galería
    • Vídeos
    • Cuadrilla
    • Contacto

    El Cid pierde un triunfo rotundo con la espada

    Ficha del festejo
    Logroño 19/09/2011
    Balance: ovación y silencio
    Ganadería: Jandilla

    El Cid ha perdido hoy un triunfo rotundo en Logroño por el mal manejo de la espada. El torero de Salteras ha cuajado una excelente faena a su primero y ha exprimido al cuarto, haciendo méritos más que suficientes para abrir la Puerta Grande del coso logroñés, pero el acero se le ha negado y sólo ha podido cosechar el respeto del público en forma de ovación.

    Una pena, para empezar, que una faena tan contundente como la que hizo al toro que abrió plaza se quedara sin premio. Ha sido una labor que ha ido creciendo, siempre a más, porque El Cid ha entendido y se ha acoplado a la perfección con el toro de Jandilla, que tuvo calidad en la embestida.

    El Cid ha sacado a relucir sus mejores armas. La profundidad de su toreo se ha puesto de manifiesto en una labor que ha tenido calidad por la derecha, pero que ha alcanzado sus más altas cimas en el toreo al natural, por donde el torero ha logrado imprimir la máxima profundidad a los muletazos. Toreo largo, templado, de mano baja, una faena de esas en las que el torero cuaja al toro por completo en una actitud entregada y centrada. Un pinchazo previo a la estocada le privó de un triunfo importante. A cambio fue ovacionado.

    El cuarto fue un toro sin clase, pero que se dejaba hacer. Sobre todo porque tenía delante a un torero con ganas de triunfo y de solucionar problemas. Fue una faena de oficio donde salieron se pusieron de manifiesto los recursos de El Cid para exprimir literalmente a un animal mediocre y construir una labor de mérito que habría valido una oreja de no marrar con la espada. En este trasteo los muletazos surgieron de uno en uno porque el toro no permitía la ligazón, pero hubo buenos momentos y un mérito indudable. Dos pinchazos le apartaron de las orejas.

    Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedIn
    Developed by 10Code