
El Cid roza el triunfo en Las Ventas

Balance: ovación y silencio
Ganadería: Victorino Martín
El Cid ha rozado hoy el triunfo en Las Ventas, donde ha vuelto a poner de manifiesto su buena sintonía con los toros de Victorino Martín. La faena que le hizo a su primero, en la que tuvo que superar la adversidad del viento, tuvo un gran mérito y a punto estuvo de valerle una oreja en una tarde en la que el torero de Salteras dio una buena imagen y demostró una vez más que es uno de los que mejor entiende a estos toros.
El primero de su lote se desplazó en el capote y El Cid aprovechó para lucirse en el recibo de capa, que levantó los ‘oles’ más sonoros a esas alturas de la corrida. Hubo emoción en el recibo y entrega por parte del torero, contenidos que conectaron rápidamente con el tendido. El toro cumplió en el caballo, colocándolo El Cid muy largo en la segunda vara. Picó muy bien Juan Bernal. La faena la brindó a Victorino padre y en el comienzo de faena, mientras sacaba el toro a las afueras, fue descubierto por el viento, que incordiaría y marcaría toda la faena. La primera serie fue compacta, con buenos muletazos con la derecha. En la segunda volvió a descubrirle una racha de viento pero en la tercera se recompuso y volvió a torear con profundidad y ligazón, siempre con la mano muy muy baja. Cambió a la zurda y dio una primera serie buena aunque al toro ya le costó rematar los viajes. Siguió y el de victorino apretó más por dentro pero aun así le sacó un par de naturales buenos. Cuando volvió a la derecha se encontró una embestida completamente orientada, por lo que tuvo que dar por concluida la faena. Se fue a por la espada y, aunque entró con decisión, el acero cayó un poco desprendido. Una pena, porque esto le pudo privar de premio. Con todo, hubo petición de oreja que el presidente no atendió.
El segundo de su lote le pegó una colada tremenda por el lado izquierdo cuando intentaba estirarse con el capote. Ahí cantó el de Victorino lo que iba a ser. Recibió dos puyazos en los que fue bien medido por Manuel Jesús Ruiz Román. El Cid brindó al público y comenzó en terrenos de sol intentando meter al toro en la muleta por el pitón izquierdo. A base de tragarle saco una serie meritoria por ahí. El toro puso de manifiesto todo el peligro que escondía cuando en la segunda serie por ese lado se desentendió de la muleta y le puso los pitones en el pecho al torero. Lo intentó con la derecha pero el toro embestía en todo momento acordándose de lo que dejaba detrás y así era muy complicado. Insistió El Cid con entrega pero pronto tendría que desistir ante un toro a peor. Tanto es así que a la hora de matar le puso el pitón en el cuello. De principio a fin este fue de esos típicos victorinos que no perdonan, aunque en las manos de El Cid lo pareciera menos.
[inpost_gallery thumb_width=»200″ thumb_height=»200″ post_id=»1235″ thumb_margin_left=»5″ thumb_margin_bottom=»5″ thumb_border_radius=»2″ thumb_shadow=»0 1px 4px rgba(0, 0, 0, 0.2)» js_play_delay=»3000″ id=»» random=»0″ group=»0″ border=»» type=»yoxview» show_in_popup=»0″ album_cover=»» album_cover_width=»200″ album_cover_height=»200″ popup_width=»800″ popup_max_height=»600″ popup_title=»Gallery» sc_id=»sc1465202002848″]