3 Matador de toros

Después de seis temporadas como novillero ya estaba preparado para dar el salto y convertirme en matador de toros. Lo estaba deseando además, porque sabía que el toro iba a ser la prueba definitiva y que me iba a venir bien.
Antes de dar el paso toreé cuatro novilladas por delante. La alternativa fue el 23 de abril de 2000, en Madrid. El toro de la alternativa fue un sobrero de José Vázquez, aunque la ganadería anunciada era Gabriel Rojas. Recuerdo que me dio mucha rabia que echaran para atrás el toro de la alternativa, que era precioso. Mi padrino fue David Luguillano y el testigo, Finito de Córdoba. La tarde no fue triunfal, pero estuve bien con mi segundo toro. El sobrero fue muy soso, pero el sexto fue de Gabriel Rojas y le pude haber cortado una oreja, pero lo pinché. La buena impresión que causé me sirvió para torear ese año en Madrid cinco tardes. Entonces me apoderaba Corbelle y tenía buena relación con la empresa.
Aquello fue como comenzar de nuevo. Otra vez las dificultades, otra vez la lucha. Ese primer año toreé 15 corridas de toros y corté 21 orejas y un rabo. Fue un año importante para mí porque, entre otras cosas, corté mi primera oreja en Madrid como matador de toros en la tarde del 15 de agosto con toros de El Sierro. El 19 de septiembre corté otra oreja en Las Ventas a un toro de Moura y volví el 12 de octubre.
La temporada de 2001 fue de adaptación al nuevo escalafón. Toreé unas 13 corridas, pero esta vez ya tuve la ocasión de debutar en la Feria de Abril. Fue la tarde del 24 de abril con una corrida de El Pilar y di una vuelta al ruedo en mi primer toro, al que le tenía cortadas las orejas pero lo pinché.
En ese momento no estaba para seleccionar mucho, la verdad, así que tuve que ir a Madrid con la del Conde de la Maza. Estuve bien con un toro del Conde y me gano la sustitución de Gómez Escorial en la de Partido de Resina. En esa corrida me dieron el premio a la mejor estocada de San Isidro.
Sí corté ese año 2001 mi primera oreja en Sevilla. Entré en la corrida del 15 de agosto y un toro de Gerardo Ortega me permitió obtener mi primer trofeo como matador de toros en la Maestranza. Eso fue importante para mí: por conseguirlo ante mis paisanos y porque hizo que mi nombre sonara en el verano. También fue clave que cuatro días después cortara dos orejas a una corrida de Guardiola en Málaga. Esta temporada la terminé con buen crédito para empresas y aficionados, de modo que en 2002 subí el número de contratos a 22 corridas de toros.